El español: una puerta a otras culturas

Hoy en nuestro podcast para aprender español hablamos de La Catrina, un personaje muy popular en la cultura mexicana. Se trata de una calavera, una muerta, que va vestida de forma muy elegante. La Catrina se ha convertido en un símbolo de México y es muy importante en la celebración del Día de Muertos.
¡Qué miedo!
Mira bien esta imagen. Da un poco de miedo, ¿no?
¿Sabes quién es?
Es la Calavera Catrina, un personaje muy popular en México, especialmente el Día de Muertos.
Nunca he entendido muy bien por qué un personaje tan terrible, una calavera, una mujer muerta, se ha hecho tan famosa en México. Siempre me ha parecido un poco macabro, de mal gusto.
A mí, sinceramente, La Calavera Catrina me ha dado siempre un poco de miedo y esta idea mexicana de celebrar la muerte y de convertir una calavera en el símbolo del país no acababa de convencerme. No sé, es como si los norteamericanos hicieran de Freddy Krueger el símbolo de los EEUU.
Ya sé que no es lo mismo. Comparar a Freddie Krueger con La Catrina es un poco tonto. No tienen nada que ver.
Pero, en fin, creo que lo que quiero decir es que yo nunca he entendido muy bien todas estas celebraciones que se hacen en México para festejar la muerte, ni que La Catrina sea el símbolo de México… Pero, claro, yo no soy mexicano. Supongo que si fuera mexicano sería diferente.
La idea de la muerte me parece terrible, me da miedo. Esta idea mexicana de celebrar el Día de los Muertos como algo alegre y positivo, sinceramente, no la entiendo bien. Para mí, el Día de los Muertos es algo triste, terrible y no veo ningún motivo para estar contento.
Y, claro, tampoco entiendo que una calavera sea el símbolo de un país; que todas las chicas jóvenes mexicanas se vistan de Calavera, que se hagan pinturas, esculturas, que se escriban libros y se hagan películas en las que el personaje central es una calavera, una mujer muerta…
Como quería entender mejor la importancia de La Catrina y qué significa para los mexicanos de hoy,  he intentado leer un poco sobre la historia de este personaje.
Historia de La Catrina
Bueno, parece que todo comenzó a finales del siglo XIX y principios del siglo XX. En aquella época era habitual hacer dibujos de Calaveras para criticar al Gobierno, la corrupción y el estilo de vida de las clases más privilegiadas del país. Estas Calaveras solían aparecer en los periódicos como ilustraciones a algunos artículos. Eran artículos satíricos, irónicos, de crítica ácida hacia el gobierno y las clases dirigentes.
Así nació también La Catrina.
Su creador fue el artista y caricaturista José Guadalupe Posada.
Al principio La Calavera no se llamaba Catrina, sino Garbancera.
Posada llamó a su creación La Calavera Garbancera y este nombre parece que era una crítica a ciertos mexicanos pobres, de origen indígena, que mentían sobre sus orígenes, que se avergonzaban de ser lo que eran y se vestían de modo extravagante porque querían aparentar ser europeos, españoles o franceses.
La Calavera Garbancera era muy pobre, no tenía ropa, no tenía nada,“estaba en los huesos”, pero, a pesar de todo, llevaba un sombrero muy elegante para aparentar que era una mujer de la aristocracia francesa…
Parece que en aquellos años, este tipo de personas era bastante común en México.
Años más tarde, el gran muralista mexicano Diego Rivera pintó uno de sus murales más famosos: Sueño de una tarde dominical en la Alameda Central. Ya he hablado en otro artículo sobre este mural.
En este mural se representan algunos de los episodios más importantes de la historia de México, como la conquista española, la época colonial, la independencia, la revolución… Y se pueden ver también muchos personajes clave de la historia mexicana: Hernán Cortés, Benito Juárez, Zapata, José Martí y muchos otros.
El centro del mural y de forma privilegiada lo ocupa la Calavera Garbancera. En el mural, la Calavera va acompañada de su creador, José Guadalupe Posada. También se puede ver a Frida Kahlo y al propio Diego Rivera, de niño.

Cómo aprender español

5 CONSEJOS PARA APRENDER ESPAÑOL
¡Hola y bienvenidos a un nuevo episodio de nuestro podcast!
Este es el podcast de 1001 Reasons To Learn Spanish y yo soy Juan.
Y ya sin más dilación, comenzamos nuestro episodio, que hoy, además, es muy interesante para cualquier estudiante de español porque vamos a hablar de consejos prácticos para aprender español, es decir, cosas que, en mi opinión, puedes hacer para aprender mejor, de una forma más agradable y más eficaz. Te voy a dar 5 consejos, ¿de acuerdo?
¡Empezamos!
1. Pásatelo bien
Haz actividades que sean interesantes, amenas y divertidas. Divertidas para ti, claro, porque cada persona es diferente y lo que a mí me gusta quizás a ti no te guste. Entonces, el secreto es hacer lo mismo que harías en tu lengua materna, pero en español. Por ejemplo, si te gusta la música, escucha canciones en español; si te gusta el cine, puedes ver películas españolas o latinoamericanas en versión original; si te gusta navegar por internet, entra en sitios españoles, visita páginas de Facebook en español; si te gusta mirar vídeos en youtube, mira vídeos de youtubers españoles o latinos, etc. En resumen, haz las mismas cosas que te gustan normalmente, pero en español, de manera que el estudio de la lengua sea algo agradable y entretenido.
2. Establece un horario
Para tener éxito con el español (y con cualquier idioma) hay que estudiar de modo regular, cada día o casi cada día; no es necesario estudiar muchas horas, pero sí regularmente. Piensa a qué hora puedes estudiar español y cómo lo vas a hacer. ¿Por la mañana? ¿Por la noche? ¿A qué hora? ¿Dónde? ¿En la cocina? ¿En el parque? Al establecer tu horario tienes que ser realista: ¿cuánto tiempo le puedes dedicar realmente al español cada día? Si estás trabajando o si tienes hijos, por ejemplo, quizás no tengas mucho tiempo. Si solo puedes dedicarle al español media hora cada día, está bien, no es mucho, pero si lo haces regularmente, cada día o casi cada día, al final aprenderás español. Lo importante es tener disciplina, motivación y hacer cada día un poquito, aunque no sea mucho. Al final verás los resultados.

3. Estudia
Quizás sea obvio, pero muchos estudiantes piensan que ir a clase de español es suficiente para aprender español; piensan que el profesor les va a “poner el idioma en el cerebro” y que ellos no tienen que hacer mucho, aparte de ir a clase. No es así en absoluto. Algunos estudiantes suelen decir, “oh, por favor, enséñame español”. En realidad nadie puede enseñarte español, eres tú el que tiene que aprender… El profesor te puede ayudar, orientar, resolver una duda, contestar a tus preguntas, pero eres tú, solo tú, el que puede aprender español. Cuando digo que hay que “estudiar” español me refiero a hacer cosas como memorizar palabras y expresiones, entender reglas de gramática, establecer relaciones entre conceptos, repetir las palabras mentalmente para recordarlas mejor, buscar en el diccionario una palabra que no entiendes, etc. Es decir, tienes que hacer un esfuerzo, ser activo en tu estudio del español.
4. Practica, practica, practica
Para montar en bicicleta no hay que entender realmente cómo funciona una bicicleta; lo importante para aprender a montar en bicicleta es montar en bicicleta. Hay que intentarlo una vez y otra y otra… al principio con la ayuda de tus padres o quizás un amigo. Y practicar, practicar, practicar… Es posible que incluso te caigas de la bicicleta un par de veces: no importa. Te levantas y lo vuelves a intentar otra vez. Aprender a hablar español es como aprender a montar en bicicleta. No basta entender las reglas de gramática; no basta comprender los usos del subjuntivo o la diferencia entre ser y estar; no basta saber los usos de por y para… En realidad hay mucha gente que habla bien español y que no sabe nada o muy poco sobre gramática. Lo importante es practicar.
Pero, atención, hay que practicar cuatro habilidades: hablar, leer, escribir y escuchar.

¿De dónde era Colón?

Resumen:
Hoy es 12 de octubre, mi día favorito del año. Hoy es mi cumpleaños. También es el aniversario de la llegada de Colón a América. Creo que es normal que yo sea profesor de español, ¿no? Nací el Día de la Hispanidad. Bueno, en el episodio de hoy de nuestro podcast para aprender español hablamos de la hispanidad y nos preguntamos de dónde era Cristobal Colón.
¿De dónde era Colón?
Cuando yo era pequeño, hace muchos, muchos años, Colón era, sin lugar a dudas, español.
Eso es, por lo menos, lo que leíamos en los libros y lo que aprendíamos en la escuela.
De vez en cuando algún profesor comentaba que en Italia se pensaba que era italiano, pero nadie se lo tomaba en serio. ¿Quién podía tomarse en serio un país en el que solo comen pizza y pasta?
Colón era español, tan español como la tortilla de patatas, la paella, el jamón Serrano o el peñón de Gibraltar.
Todo el mundo lo sabía. Los italianos también lo sabían, pero eran unos envidiosos que andaban siempre contando mentiras.
Es verdad que nadie podía realmente demostrar cuál era la nacionalidad de Colón. No hay documentos que puedan probar donde nació. Solamente hipótesis. Por lo tanto, y mientras no se demuestre lo contrario, para nosotros, Cristobal Colón era español.
Lo español era siempre lo mejor
Eran los años setenta y en aquella época la falta de pruebas o documentos no importaba. Lo importante era saberlo. Y nosotros lo sabíamos. Sabíamos que Colón era español de la misma manera que sabíamos que la selección española de fútbol era la mejor del mundo. Quizás no la mejor técnicamente, pero sí la que jugaba con más pasión.
El resto del mundo nos admiraba. Admiraba nuestra historia, nuestro sol, nuestro vino, nuestro arte, nuestro flamenco. Los hombres españoles eran los más valientes; las mujeres, las más guapas. Todo el mundo sabía que España era el mejor país del mundo y solamente los envidiosos podían pensar lo contrario.
Pasaron los años. Llegaron los años noventa. Vine a Londres y aquí me quedé a vivir y a trabajar.
Nadie es extranjero
Londres es una ciudad multicultural. Un “melting pot”, como se dice en inglés. Una ciudad en la que todos somos extranjeros y, quizá por eso, nadie se siente extranjero. Dar un paseo por una calle de Londres es como recorrer los cinco continentes. En cinco minutos cada mañana me puedo cruzar con una familia árabe, cuatro chicas asiáticas, un taxista de Afganistán, dos albañiles polacos, un camarero de Bulgaria y un grupo de chicos y chicas negros a la puerta de la Universidad, esperando para empezar las clases.
Durante estos años en Londres he conocido a muchos italianos. En esta ciudad hay muchísimos. De hecho, ahora la mayoría de mis amigos son italianos.
Aprendí italiano y me enamoré de una chica italiana morena. Con ella he aprendido que Italia es mucho más que pizza y pasta.
Y con ella también he aprendido que Cristobal Colón posiblemente se llamaba Cristoforo Colombo y que, posiblemente, era de Génova.
Pero lo más importante que he aprendido en todos estos años aquí en Londres, viviendo entre “extranjeros”, hablando otros idiomas y conviviendo con otras culturas, es que ya no me importa de dónde era Colón.
Ya no creo que todo lo español sea siempre lo mejor.
Y, además, la pizza napolitana me gusta tanto como la tortilla de patatas.
Solo en Londres: tortilla de patatas + pizza
 

Tú ya hablas español

Resumen:
¿Hablas español? Si entiendes nuestro podcast, ya hablas español. Quizás cometes errores, quizás tu español no es perfecto, pero ya hablas español. Lo que tienes que hacer ahora es escuchar y leer en español a menudo. Tienes que escuchar podcasts y leer artículos interesantes en español para seguir mejorando tu español y pasar de un nivel intermedio a un nivel avanzado. Tienes que escuchar podcasts interesantes, como, por ejemplo, el episodio de hoy. Hoy hablamos de Gauchito Gil. ¿Sabes quién es Gauchito Gil? Escucha, escucha nuestro podcast en español…
 
Gauchito Gil: gaucho y santo.
Cuando se viaja por Argentina no es difícil encontrarse con la imagen de un gaucho que parece un santo. Se puede ver en los coches, en las paredes de las casas, en los bares…
¡Gracias Gauchito!
Algunos llevan siempre en la chaqueta o en el bolsillo una imagen de este personaje, de este “santo”. En las casas se hacen altares y se le reza, como se reza a Jesús, a la Virgen María o a otros santos. Hay quien tiene tatuajes con la imagen de Gauchito Gil.
Estos altares también se pueden ver en la calle, en las ciudades, en el campo. Normalmente son de color rojo y también se pone a menudo la bandera blanca y celeste de la Argentina.
Gauchito Gil: milagros y favores
En otro artículo he hablado sobre un personaje tan popular como Gauchito Gil: la Calavera Catrina, un personaje muy especial y muy popular en México, especialmente en el Día de Muertos; sin embargo, Gauchito Gil es diferente. Gauchito Gil existió realmente (fue un Gaucho que vivía en la provincia de Corrientes, en Argentina) y mucha gente cree que hace milagros.
De hecho, cientos de miles de personas van cada año, el ocho de enero, a visitar el santuario de Gauchito Gil, en la ciudad de Mercedes, provincia de Corrientes. Allí murió el Gauchito, allí está enterrado y allí se hizo un santuario al que acuden cientos de peregrinos para adorarle, pedirle milagros y darle las gracias por los “milagros” concedidos. Porque Gauchito Gil hace milagros, especialmente a los pobres, a los más necesitados.
La mayoría de los fieles de Gauchito Gil son pobres, campesinos, trabajadores, desocupados, gente sencilla y humilde que pone en Gauchito Gil la esperanza de una vida mejor. A Gauchito le piden que el marido que está en el hospital mejore pronto; hay quien pide un trabajo, cualquier trabajo, para sobrevivir; otros piden un golpe de suerte en la lotería; que vuelva el hijo que se fue y nunca regresó. Hay quien pide solamente una lavadora o quizás una casa nueva con electricidad…
A Gauchito Gil sus fieles le piden de todo y se lo piden con la misma devoción, con la misma fe, quizás incluso con más fe que con la que se reza a Dios o a la Virgen.
¿Quién fue Gauchito Gil?
Nadie lo sabe muy bien. Se sabe que se llamaba Antonio Gil, que era gaucho, que trabajaba en el campo y… y poco más.
La vida y la muerte de Antonio Gil fueron muy trágicas, pero no está muy claro qué pasó en realidad.
Hay varias versiones, pero parece que Antonio Gil era muy buena persona; un gaucho trabajador y pobre que siempre ayudaba a los demás. Un día, por motivos que no están claros, se convirtió en un criminal, en un ladrón, aunque se dice que robaba solo a los ricos para darle el dinero a los pobres. Fue ejecutado por sus crímenes el 8 enero de 1878.
Ese mismo día, al morir, Gauchito hizo su primer milagro. El hijo del verdugo que lo mató estaba muy enfermo, pero Gauchito le dijo que no se preocupase, que cuando volviera a casa encontraría sano a su hijo. Y así fue. Fue una curación milagrosa y desde ese mismo día comenzó el culto a Gauchito Gil, el santo ladrón, el santo de los pobres y de los desesperados, el gaucho santo.
Por supuesto, la Iglesia Católica nunca ha reconocido los milagros de Gauchito y no lo considera en modo alguno como un santo, pero eso no ha impedido que la fama de Gauchito se haya extendido por toda la Argentina y que cada vez sean más los que creen en él y le pidan favores o milagros.