Nuevas expresiones en español: ¡estoy hecho polvo!

¡Hecho polvo!
Resumen:
En el episodio de hoy de nuestro podcast para aprender español te cuento por qué no me gusta ir al gimnasio. Es un podcast antiguo en el que puedes aprender algunas expresiones para decir que estás muy cansado o muy aburrido, como, por ejemplo, estar hecho polvo.
Acabo de volver
Acabo de volver del gimnasio hace un momento, hace un rato. Y bueno, estoy cansado, pero bien: me siento bien.
 Yo voy al gimnasio dos o tres veces a la semana, a veces cuatro. Voy porque creo que es bueno hacer ejercicio, pero ya sabéis que no me gusta nada.  Lo he dicho antes en otros mensajes: ir al gimnasio me aburre mucho.
 Es un lugar que me aburre muchísimo, que incluso me pone triste… Pero, bueno, hago un esfuerzo y voy.
Voy por mi salud. A veces paso mucho tiempo sentado, delante del ordenador. Y eso no es bueno. Hace unos días leí en el periódico que “estar sentado es tan malo para la salud como fumar”; como se dice en inglés: “sitting is the new smoking”.
A mí me gusta hacer deporte, me gusta hacer ejercicio, pero me gustaría hacer ejercicio fuera, en el campo, en la montaña…al aire libre.
A pie
Me encanta caminar por el campo y siempre que puedo salgo a pasear. Por ejemplo, a menudo voy a pie a la universidad donde trabajo; también voy todos los fines de semana al parque (en Londres hay muchos parques muy bonitos) y ya he hecho dos veces el Camino de Santiago. Me encantó hacer el Camino de Santiago. Me lo pasé estupendamente.

En bicicleta
También me gusta mucho ir en bicicleta, pero no me gusta ir en bicicleta por la ciudad porque creo que es un poco peligroso. Hay demasiados coches. En cambio, me gusta mucho ir en bicicleta por la montaña o por el campo.
Hace unos meses recorrí Fuerteventura y Lanzarote en bicicleta y me encantó. Esa es la forma de hacer deporte que me gusta a mí.

Una pregunta final
El gimnasio, no.  Estar en un edificio cerrado, haciendo ejercicios, con las máquinas, no me gusta mucho.
Y creo que a la mayoría de la gente que va al gimnasio también le parece aburrido. Cada año, en enero o en septiembre, mucha gente se apunta al gimnasio que tienen más cerca de su casa y van dos o tres semanas. Sin embargo, a principios de febrero muchos dejan de ir. Dicen que no tienen tiempo, pero la verdad, creo yo, es que dejan de ir al gimnasio porque no les gusta, porque se aburren. Si algo te gusta, aunque no tengas tiempo, no lo dejas; siempre encuentras el tiempo para hacerlo; pero cuando algo realmente no te gusta, es fácil encontrar excusas para dejarlo.
Yo no sé si vosotros vais al gimnasio; no sé si hacéis deporte, pero, simplemente, la pregunta que os quería hacer hoy es: ¿Vosotros pensáis que hay algo más aburrido que el gimnasio?
 ¿Creéis que hay algo más aburrido que hacer gimnasia en un gimnasio?
 Yo realmente no puedo pensar en muchas cosas más aburridas que ir al gimnasio…
Pero si vosotros pensáis en algo que puede ser también muy, muy aburrido, por favor, escribid un comentario.
 Entonces, esta es la pregunta: ¿Hay algo más aburrido que ir al gimnasio?
 Vale, venga, espero vuestros comentarios, hasta luego.

Leer en español: cómics o tebeos

Resumen:
En el podcast de hoy hablamos de cómics, de novelas gráficas o, como yo prefiero llamarlos, de “tebeos”. Sí, a los cómics en España se les llamaba tebeos y ese es el nombre que a mí me gusta. En el podcast de hoy explico por qué se llaman así los cómics en España y también os hablo de los tebeos que a mí me gustaba leer de niño. Creo que este es un buen podcast para practicar y repasar los pasados y aprender algo nuevo sobre la cultura de España.

Tebeos, no “cómics”
Muchos estudiantes de español se sorprenden cuando les digo que, en España, los cómics y las historietas se llaman TEBEOS.
“¿Te veo?” (I see you?), preguntan sorprendidos.
No, no, no es eso. Suena igual que “te veo”, pero se escribe TEBEO.
Bueno, por lo menos así era antes, cuando yo era niño.
Desde hace unos años creo que los Tebeos se suelen llamar también cómics e incluso “NOVELAS GRÁFICAS”, que es un nombre mucho más importante.
Una novela gráfica es, en realidad, un tebeo, pero si dices que te gusta leer tebeos, la gente piensa que eres un poco infantil e inmaduro; si dices que lees “novelas gráficas” entonces parece que tienes un alto nivel intelectual y cultural.
Pero ¿por qué se llaman “tebeos”? ¿De dónde viene este nombre tan raro?
El nombre “tebeo” tiene su origen en una revista infantil que se llamaba TBO.
El original “tebeo”
Se trataba de una revista con dibujos de muchos personajes diferentes que vivían aventuras, historias. No eran historias “trascendentales” o muy importantes; no hablaban de filosofía, ni de física, ni de arte. Eran historias muy sencillas. Un personaje que siempre llegaba tarde a la oficina, un niño que nunca hacía sus deberes para la clase, un ladrón que nunca robaba nada, una señora que nunca encontraba novio… Eran historias simples, pequeñas y por eso, a estas historias se les llama también “historietas”.

TBO se comenzó a publicar en España en el año 1917. Era una publicación dirigida a los niños que se hizo tremendamente popular. Se hizo tan popular que, pronto, comenzaron a publicarse otras muchas revistas con un formato similar. La gente, sin embargo, se refería a estas nuevas revistas como “Tebeos” ya que eran muy similares al original TBO.
La gente llamaba “tebeos” a este tipo de revistas.
No sé si este fenómeno ocurre también en otros países, pero en España hay bastantes casos de nombres de productos o de marcas que se hacen tan famosas que la gente acaba usando ese nombre para referirse a ese tipo de productos.
Por ejemplo, cuando yo era pequeño, el yogur , en general, se llamaba “danone” y cuando se iba a una tienda no se pedía “un yogur”, sino un “danone”.
Y si vas a Asturias, te darás cuenta de que los autobuses no se llaman “autobuses”, sino ‘alsa”, porque la empresa principal de autobuses es la empresa Alsa. Así que si alguna vez vas a Asturias y quieres saber dónde está la estación de autobuses, la pregunta que tienes que hacer es “Perdone, ¿sabe dónde está la estación del alsa?”
Yo de niño solía leer muchos Tebeos. Cada semana compraba uno o dos. Recuerdo que salían los domingos. Durante toda la semana esperaba la llegada del fin de semana con mucha ilusión porque quería saber qué les pasaba a mis personajes favoritos, qué nuevas aventuras vivirían. Tenía una hucha donde guardaba todos mis ahorros y cada domingo, sin falta, corría al kiosco de prensa a comprar el tebeo que me gustaba más. Había muchos: Pulgarcito, DDT, Tio Vivo, Jaimito… Había Tebeos para niños y Tebeos para niñas. Los niños, por supuesto, nunca leíamos los Tebeos de niñas.
Tebeos infantiles
Cada tebeo tenía personajes diferentes. Me  gustaban mucho Mortadelo y Filemón, pero también Las Hermanas Gilda, Anacleto agente secreto, Gordito relleno, el botones Sacarino, Zipi y Zape y tantos otros… Creo que la mayoría de estos Tebeos ya no se publican. No sé si los niños españoles de hoy han oído hablar de estos personajes.

Mortadelo Y Filemón
Los personajes de tebeo más populares son, sin duda alguna, Mortadelo y Filemón.

Expresar miedo en español

Expresar miedo en español: tengo miedo de, me da miedo…
En este episodio de nuestro podcast para aprender español vamos a practicar cómo expresar miedo en español con expresiones como:
Me da miedo
Tengo miedo de
Volando voy, volando vengo…
Hola y bienvenidos todos a un nuevo episodio de nuestro podcast “1001 Reasons To Learn Spanish”.
Hoy vamos a hablar de viajar en avión, de volar.
Acabo de llegar a Londres desde Italia y creo que es una buena oportunidad para hablar de cómo me siento cuando viajo en avión.
A mí me gusta viajar. Me gusta mucho viajar, pero odio volar.
Bueno, no odio volar, pero me da miedo. Me horroriza pensar en la posibilidad de que haya un accidente o un ataque terrorista.
Interpreto cada turbulencia como un síntoma de que algo va mal en los motores. También pienso que es posible que algún grupo terrorista haya puesto una bomba en una maleta y el avión quizás haga explosión de repente.
Comienzo a sudar. Miro el reloj, pero el tiempo no pasa. No me puedo concentrar, no puedo leer…
Miro el reloj, pero el tiempo no pasa
En realidad me gusta la sensación de estar por encima de las nubes, de ver las ciudades, los pueblos, los ríos y las montañas desde lo alto.
En un avión, a miles de kilómetros de altura, me siento más vivo. Me doy cuenta de lo hermosa que es la tierra, de la fragilidad de nuestras vidas, de lo rápido que pasa el tiempo…
Cuando viajo en avión suelo pensar que la vida es muy corta, que hay que disfrutar a tope, cada día, como si fuera el último día de nuestras vidas.
Planes, planes, planes
Entonces, mientras vuelo, decido que desde ese día en adelante haré las cosas que me gustan: montaré más en bicicleta; comeré más queso, más helados y más chocolate; viajaré en tren por América, cruzaré los Estados Unidos de este a oeste en bicicleta; iré a ver la muralla china, El Taj Mahall, el Machu Picchu, los leones de África y además aprenderé japonés.
Decido que, si sobrevivo al vuelo, tengo que hacer todas las cosas que siempre he querido hacer y que todavía no he hecho.
Aterrizamos, llegamos a nuestro destino y todos los pasajeros descendemos del avión. Vuelvo a respirar. Estoy vivo. He sobrevivido a otro vuelo.
Ya en tierra me siento más relajado. Ya no tengo miedo, ya no me preocupa la muerte o encontrar el sentido de la vida. Dejo de hacer planes, dejo de soñar, dejo de tomar decisiones importantes. Dejo de pensar en lo que es realmente importante en la vida.
Ahora lo único que me preocupa es ir a recoger la maleta, encontrar el baño, buscar el pasaporte… ¿Pero dónde he puesto el maldito pasaporte? Nunca lo encuentro.
La rutina diaria
Recoger las maletas en el aeropuerto
Tengo que coger el autobús para ir al centro, ¿Donde se coge el autobús? O quizás es mejor coger el metro… El taxi es demasiado caro, mejor el metro.
Y así, quince minutos después de bajar del avión ya he olvidado todas las decisiones importantes que había tomado mientras volaba. Ya he olvidado que la vida es demasiado corta, que cualquier día puede ser nuestro último día y que hay que vivir a tope.
Los problemas cotidianos de cada día nos hacen olvidar lo que realmente es importante en la vida.
Quizás tendría que viajar en avión más a menudo para no olvidar que cada día puede ser el último.
Un saludo y nos vemos en el próximo episodio de nuestro podcast.